domingo, 5 de febrero de 2012

Más que a la vida misma.

Tengo siete millones novecientos treinta y tres mil doscientos veintidós defectos, ocho caras diferentes, mil cambios de humor diarios, un millón de cicatrices, una mala ostia que flipas y una sonrisa de oreja a oreja.
Pero también sé apreciar lo que tengo, la sé querer tanto como ella se merece.
Que me quedaré a su lado siempre, y que ciertamente la amo como a nadie.

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